domingo, 29 de septiembre de 2013

Entre la Luna y los Hombres, Maracaibo 1984


Diana Labrador, Titina Blanco Otero y Denise Morales

3 comentarios:

admin2020 dijo...

He quedado mudo por la belleza de los poemas...María Calcaño jamás defrauda a nadie; su voz aún perdura entre esa brisa marina de Maracaibo y muñecas de trapo, creo que son inolvidables...a ti TTINA un abrazo fraternal e infinitas gracias por presentarnos la faceta de dramaturga de María...ni imaginas cuánto me hubiese gustado ver tu presentación...una vez más GRACIAS---P.D-: las fotos estupendas...

Marengo dijo...

Un montaje irrepetible: intimo, amoroso, musical e impecable. Un aplauso para todos.

titina blanco otero dijo...

Muchas gracias por sus comentarios y apoyo, Luis Guacaran y Marengo! Esto nos impulsa a seguir y seguiremos!!

Libreto para teatro: la vida poética de María Calcaño. Maracaibo 1984


"Entre la luna y los hombres"

Primer Acto

Escena 1

Música creando un ambiente poético e intenso: tambores y saxo tenor.
Coro de mujeres vocalizando.
Elemento escenográfico: dos telas vaporosas muy largas y angostas.
Hay tres mujeres en la escena jugando con las telas, creando imágenes con ellas.
Cada mujer dramatiza un poema erótico de amor.




Mujer 1
Por lo que tengo de violeta
Los cien deseos más hermosos
Llevo despiertos…

Mi raza fue de locos.
Por ventura. Perversos
Que no fueron idiotas.

Reventó la semilla
Traidora
En mi cáscara sencilla.

Y viéndome el tamaño
No podrán saberme
El tamaño.

Para llevarme a cuestas
Estoy escrita en verso.

Lo más menudita
Y mujer!








Mujer 2

Yo me siento en las venas
La sangre poderosa.
Y grito y espero ansiosa
Quien me mate el veneno.

Quiero un amor salvaje.
Llama de besos fuertes
Que me dejen rendida…
Y un ardiente oleaje
Que en los vasos inertes
Me derrame la vida.

Esta locura extraña
Forja un amor desnudo
Con fuerza de tormenta
Y sabor de montaña:
Un golpe fuerte y rudo
En la carne sedienta.

Mujer 3

Yo vengo de un lejano
Monte desconocido,
Con un pecho en la mano
Como un nardo dormido.

Como la otra perdida
Traigo miel en la lengua
Y el vientre partido
Como luna en menguante.

Llama de mis cabellos
Que alimentan los vientos
¡Libres de cien caminos!

Con el paso inquietante
Traigo tintos los ojos de un azul deslumbrante…
Y estoy sangrando
Como sangran las nubes de diamante.

¡Por esta mano llena
De sagrados ungüentos
En sabores me sube
El amor… como a Magdalena!

(Cada mujer dice una estrofa).

Difunde el aliento
De tu pecado más hermoso:
Carne…
Tú eres como un jardín.





Vacíate
En el que quiebra
El tapiz de oro de tus vellos.
Dócil
Como las criaturas que esperan a Dios.

Prende
Como rosas desnudas
Las cien cabelleras desordenadas.

Carne…carne mía,
Intensamente llama,
Intranquila, poseedora:
¡Abre!
Tú eres como un jardín



escena 2

Espacio escénico: patio interior de una casa. Hay un secretter con su silla. Un gran cuadro donde está la madre de María (en vivo). María está sentada escribiendo, se levanta y se mueve nerviosa, contenta, sofocada… Vuelve a sentarse y escribe como un final…toma la libreta y lee.

María
Me probó de paso
De paso, y ahora tengo
Llamas en la boca

Sin saber de besos
Lo escondí temblando…
Y estoy nuevecita
Como una mañanita
De Mayo…

Que tienen sus labios
Sabor de carnosos
Ciruelos jugosos

¡Cómo estoy de alegre,
Como estoy de loca
Con éste pecado
Disuelto en la lengua!

¡Dios! Que nunca falten
Llamas en mi boca.

(La Madre sale del cuadro y entra en escena sorprendiéndola…)




Madre
¿Que quiere contigo ese joven?. Apenas lo conocemos y ya se pasa todas las tardes rondando la casa. Ayer pasó siete veces por la acera del frente. ¡Pero bueno! ¿Es que ustedes creen que no me doy cuenta? ¿Qué pasa María?

María
¿Por qué tanto alboroto mamá? Héctor es un joven educado, además es poeta, mamá, escritor, es… ¡es hermoso!

Madre
Tú vives en las nubes, tú no cambias. Pero bueno hija, es que te vas a pasar la vida soñando con alegrías y tristezas…?. Tienes que pisar tierra María.

María
No es sueño, esto es real: lo palpo, lo veo… Madre, él es … como el rocío. Como se parece a mis lágrimas, madre.
Me miró con cariño y sin conocerme me besó en las manos. Cuenta, madre, por qué lo ha puesto alegre mi llegada?. Me temblaban los labios, no me cabía el alma y me puse a cantar. ¿Le pasamos la voz para que venga a vivir con nosotras?

Copyright © 2007 Titina Blanco


Madre
¡Mija! ¿Tu me quieres volver loca?.Yo no puedo estar todo el tiempo en esto, ya con ocuparme de asegurarte un futuro tengo bastante. A no, pero esto se termina aquí mismo, ya vas a ver… (La madre sale de escena y se coloca en el cuadro vivo).

María
! Ni tu, ni el cielo, ni nada… Podrán con mi grito indomable!

Copyright © 2007 Titina Blanco

La Madre y María

La Madre y María
Diana Labrador y Titina Blanco Otero


escena 3

(Aparece en escena el poeta Héctor, María lo recibe…)

María
¡Hombre! Qué me has hecho? ¿Qué me diste a beber en un beso que tengo en el pecho alegría y dolor?

Héctor
¡María! Mi fuego, astro, canto flor. Mi dolor y mis sueños…

María
Alguna vez llegarás…

Héctor
Alguna vez llegaremos…

(María danza alrededor de Héctor por todo el espacio en un juego amoroso, luego, el joven se va yendo diciéndole…)

Héctor
Sobre un banquito de piedra, de nuestro mismo tamaño, dormiremos. Acariciándote los cabellos caídos sobre mi rostro, te estaré besando, en plena noche de la angustia.

(María se queda sola en el espacio..)

María
Estuvo a punto de decirlo todo… Pero mejor: se fue con algo adentro.

Copyright © 2007 Titina Blanco





escena 4

(Comienza la canción de “Ama” por voces de hombres, es como oyendo la voz de su conciencia masculina)

Mujer
Ábrete el corazón
Que es una flor de llamas,
Una sola canción…

Da tu vida a cien hombres
Qué te duela la herida.

Que seas como un vaso
Levantado en un brazo…

Que vientos de placer
Te preñen los ojos,
¡Mujer!

Ama...
Tuya es la alegría
Con un golpe de hombre
En la honda sangría
Ama…

(María, está oyendo la canción y bordando… no puede concentrarse, está inquieta, se pincha con la aguja… se chupa la sangre… Termina la canción y comienza una música que abruma…inquieta… María danza por el espacio, es como una pesadilla…termina la danza y dice:

María
Beso de un hombre
Que se fue…
Ahora él está lejos
Y se hace la noche,
Y estoy como nunca
Llena de recuerdos

Mientras el silencio
En la mano me cae
Como un salario pobre…

…Y desde entonces vivo asomada
Al cristal
De ese sueño inconcluso,
Misterioso, fatal,
Que me llena la vida
Con su extraño sabor.

(Se dirige al público)

Si soñaste un día la belleza
En los flecos menudos
De los lirios,
Que sinfonía escribirás, amante,
En mi vientre de luna.




escena 5

(Termina la música de pesadilla. Transición hasta llegar a sonidos de brizna, lluvia, María sale al patio, hay otras mujeres, juegan con la lluvia… todas dicen estrofas del verso “ Lluvia”).

Mujer 1
No sé porque tanto la lluvia me ama.
Si voy por el monte me sale traviesa;
Si en la noche llega, me busca en la cama
Y por no asustarme íntima me besa.

Mujer 2
Que gusto se ha dado mi alma aldeana
Cuando la sorprendo loca en la ventana
Llamando al postigo con mano implorante…

Mujer 3
Yo puedo decirle muy hondo a la vida:
He llevado un siglo la belleza asida
Por la cabellera de hebras de diamante.


Escena 6

(Un espacio con una hamaca y velos como cortinas, ambiente exterior, naturaleza a su alrededor. Música de jazz. María y Héctor jugueteando… a punto de hacer el amor).

María
No te pediré más
Cuando me siembres.
Ya seré para ti
El retazo de tierra fértil,
Carne florida
Al chupar tu raíz.

En los dos está el nudo
Fácil de la vida;
Engendre, hombre que posees
Tronco fuerte y amplias venas.

No te pediré más
Cuando me tomes,
Me repiques adentro
Y me calles
Las bocas impacientes…

(Escena sumamente poética y subliminal: al trasluz los cuerpos hacen el amor. Después del acto Héctor descorre las cortinas de velos y se viste. María se acomoda en la hamaca y se mece, descansa, juega, hay risas y deleite…)

María
Te miro
Te miro de cerca:
Te escudriño…

La tarde está linda afuera en el monte
La promesa que traigo
De belleza
Se me aprieta a la boca.

Héctor
Me festejo y me canto
Y lo que yo asuma tú habrás de asumir,
Pues cada átomo mío también es tuyo.

Vago al azar e invito a mi alma
Me inclino y descanso a mi gusto mientras observo un tallo
De hierba veraniega.

Yo, que cuento ahora treinta y siete años y que gozo de perfecta salud, comienzo y espero no detenerme hasta morir.(texto Whitman)


(Hablándole muy de cerca a María)

Héctor
Consideras mucho mil acres? Consideras mucho la tierra?
Te has ejercitado tanto tiempo para aprender a leer? Has sentido mucho orgullo al penetrar en el sentido de los poemas?
Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas.
Poseerás lo bueno de la tierra y del sol (aún quedan millones de soles)
Ya no tomarás las cosas de segunda o de tercera mano ni miraras por los ojos de los muertos ni te alimentarás de los espectros librescos.
Tampoco mirarás por mis ojos ni tendrás que creer lo que yo diga. Tú oirás lo proveniente de todas partes y lo filtrarás por tu propio ser (texto de Whitman).

María
Sigue hablándome… cuéntame que tu eres actor… de lo que se siente cuando se actúa… cuando representabas a Otelo en el Teatro Nacional. De esa transformación en tu persona, de la verdad, la fe… Anda Héctor cuéntame, arrúllame con tu voz…

Héctor
Ya te lo he contado muchas veces…

María
No importa, ¿otra vez si?

Héctor
Cuando se actúa hay momentos sublimes donde se conmueve al espectador. En esos instantes el actor vive o crea según su inspiración, improvisando.
Pero… actuar en los cinco extensos actos de Otelo con el mismo impulso, con que interpreté la escena de: “Sangre, Yago, sangre!” ¡Difícil!
¿Qué debería hacer entonces para lograr que los momentos sublimes se extendieran en mi Otelo?
En primer lugar, asimilar la imagen elegida, animarla con mi fantasía.(Stanislavski). Como decía el famoso actor francés Coquelin: “El actor crea en su imaginación, luego, como hace el pintor, toma cada uno de los rasgos y lo traslada, no a la tela, sino a sí mismo. El actor no vive, representa. Su arte debe ser perfecto.”
¿Qué te parece María?

María
Suena bien…

Héctor
¡Falso! Eso no es cierto. Podemos hablar de creación, de arte, cuando en la representación de un papel, interviene una auténtica vivencia.
El exhibicionismo, la actuación mecánica comienza donde termina la vivencia. Lo mecánico reemplaza al sentimiento, con una simple simulación, utilizando patrones preparados. El exhibicionismo, ni siquiera tiene patrones, tan sólo unos cuantos clisés “universales”.

María
Fíjate que mientras tú hablabas, en mi mente las imágenes se me sucedían. Porque pensaba que no es solo la actuación mecánica en el escenario, es la actuación de la pose en la vida… Donde las personas toman una actitud exhibicionista para llamar la atención y por supuesto ser el centro de atención, perdiendo la oportunidad de mostrarse al mundo tal y como son de forma natural y auténtica.
Ahora si entiendo el arte de la actuación: el arte de la vivencia. Crear la vida del espíritu humano del personaje.

(Se levanta de la hamaca entusiasmada..)

Mis poemas en boca de las mujeres del mundo, de mi ciudad… expresando lo que todas llevamos por dentro. Nuestros deseos y amores, angustias y placeres en boca del arte dramático. Decirlo todo a pesar de… nuestros secretos e inspiración para todos.
Vamos!, juguemos al teatro…
(Juegan como dos niños, se disfrazan con diferentes elementos: sombrero, chal… y dramatizan los textos.)

María
Verte crecer cada día
En mi corazón.
Pasa tu sed en el viento
Tomándome las manos.
Y te llevas mi ternura.
Y haces mi júbilo.

Héctor
Una eternidad
Llueve sobre nosotros.
Y quedarnos callados.
Y verte alejar en la noche.
Y extender mis brazos suplicantes
Para cerrarte el paso.
Pero es veloz tu paso,
Y tu pelo se lo lleva el viento…

María
Alzo mi corazón
Como una lámpara en mitad de la noche.
Y siento que la tierra
Se parece a mí,
Agrietada de raíces,
Palpitando de vida…

(Disonancias de bolero… transición para la escena siguiente)




escena 7

(La Madre sale del cuadro vivo, María la esquiva…)

María
No me beses, madre…
Hoy traigo los labios
Manchados con otros.
No son como antes
Dos pétalos blancos,
Hoy los tengo rojos.

(Gesto de la madre)

No me riñas, madre
Si no quieres verme
Morir de bochorno
No me beses, madre.

Madre
Tienes que olvidar esas locuras. María, ya estoy vieja y… necesito vivir lo que me queda de vida con tranquilidad, con… La situación política ahorita se está poniendo de todo color… y la vida… (María la interrumpe)

María
Sentimos la soledad, cuando hemos dejado de creer en nosotras.

Madre
Te hablo en serio María. La vida tiene un precio y tu bien sabes cuanto me ha costado sacarte adelante, casarte con un hombre de buena posición y sobre todo… (Vuelve a interrumpirla)

María
Yo no podría nunca, ponerle precio a una flor.

Madre
¡Ya no se puede contigo!. Pero vas a oír quieras o no.
Anoche vi como salías despavorida para el rancho de Yajaira. Estas loca María, ¡estas loca!. No te das cuenta que la gente ya comenta, que tu circulo cada vez se te cierra más, que tus hijos el día de mañana… (la interrumpe)

María
¡Ya está bueno madre! ¿Quién se detiene a ver el cielo reflejado en una charca, teniendo delante el mar?

Madre
(Desconcertada).
…Ah…

María
Madre ¿Cómo se hace para no atender la sed?
Compréndeme por favor, o por lo menos calla. Yo estoy repleta de amor, quiero seguir adelante, no puedes detenerme. Antes disponías de mi… Ahora no, ¿entiendes?

(María arregla flores mientras canta)

Al tallo de aquella rosa
Le asomaban puntas de estrella
Y la gente se empeñaba
En que eran espinas.

Madre
Siempre quise lo mejor para ti. Tienes unos hijos hermosos, un buen esposo y yo estoy contigo, ¿Qué más puedes querer María?

María
Es tan fácil y hermoso vivir… Y el hombre siempre complicándolo todo (se acerca a su madre)
Tú no haces otra cosa que mirarme,
Yo quiero que me veas, mamá.

Madre
Por ti, lleve cien años,
Los abrazos implorantes.
Para sostenerte a ti, hija mía
Se han tornado salvajes
De fuerza y de bravura.

Por ti llevé cien años
Los brazos implorantes,
Y se han vuelto salvajes
Estos brazos que son
Para sostenerte
A ti. Hija mía.

(La madre peina la cabellera de María, luego se dirige a su cuadro vivo, mientras María la sigue con la mirada y dice para sí misma).

María
Después de todo, he terminado por parecerme a mi madre.


Las comadres

Las comadres
Diana, Titina y Denise


segundo acto

Escena 1

(Espacio escénico con una máquina de coser, mesa de planchar, telas, una ponchera con ropa, una olla con agua. Están tres comadres haciendo oficios. La máquina de coser comienza marcando el ritmo de la escena y lo mantiene todo el tiempo).

Comadre 1
(Entrando a escena)
Mijito sosegate. ¡Por Dios! No me dan vida…
Buenas tardes comadres.

Coro Comadres: Buenas...

Comadre 2
Mira lo que conseguí allá en el Pasaje Colón: Marabú, para ponerle en las alitas a Yosira.

Comadre 3
Si es verdad mi amor, una no tiene tiempo para nada… por eso yo me encierro una vez a la semana en la casa, para lavar y planchar. Me pierdo ese día. Pero eso si, el resto de la semana me la paso viendo lo que pasa por la cuadra. Porque una tiene que echar su miraita de vez en cuando…, no vais a estar todo el tiempo con los coñitos, los uniformes, el almuerzo, la corotera… no mija que va, uno tiene que echar su conversaita en la mañana y en la tardecita, ¿dígame en la noche?, eso si es sabroso…

Coro de Comadres
¡Aja!...

Comadre 1
Anoche ya estaba para costarme y comenze a oír el lamento… si lloro, magináte que todavía estaba medio dormida, acurrucada en la hamaca y todavía oía el llanto. ¡Pobre mujer! ¿Y se va a pasar la vida en eso?

Comadre 2
La vida no tiene fin, es infinita. Siempre la oirán llorando, ese es su castigo. La mujer está castigada desde el principio…

Comadre 3
El hombre no, no veis que ellos si pueden ser mujeriegos, parranderos, borrachos…

Comadre 1
Yo conozco mujeres que también son así ¿o no?. ¿Qué me decís de la Perica?

Comadre 2
¡Ah! Pero es distinto, la mujer se esconde. A que vos no la veis de día salir corriendo para el rancho de Yhajaira?

Comadre 3
Yo si mi amor, yo la he visto a todas horas, de noche de día… con estos ojos que se los han de comer los gusanos…


Comadre 1
¿Vos no sabéis? La Perica le dijo a Misia Petra de todo, la relleno, le dijo hasta del mal que se va a morir. Figuráte que salieron los hijos, el marido y todo…se armó el vainero. Bueno yo no se, pero esas dos van a terminar jodiéndose.

Comadre 2
Más todavía… esa perdida no le da vida a ninguna mujer de la cuadra, mi alma. Ahí tenéis a Chepita, seeeeca como palo de cují y todo por la Perica.

Coro Comadres
Aja…

Comadre 3
Yo me acuerdo clarito, aquel día que la Perica salió al patio desnuda con unos velos amarraos… se le veía toito… hasta el alma mi amor, y como había luna llena ¡más todavía!.

Comadre 1
Por las mujeres desnudas
Los hombres
Pierden la cabeza.
Y luego lo pierden todo
Por vestirlas…

Coro Comadres
Ja ja ja ja ja ja…!

(En la parte derecha del ciclorama, visto de frente, en sombra o trasluz, un conjunto de gaita, afinando instrumentos, voces…)

Comadre 2
Pone cuidado… ¿Estáis oyendo? El conjunto de gaita de los Ferrer. Para algo le sirvió a Eneida la chorrera de hijos que tiene.

Comadre 1
¡Vos si sois mal hablada!. Ya quisierais vos que tus hijos fueran gaiteros y no maleantes de oficio.

Comadre 2
¿Vos cómo que queréis pleito?

(Se disponen a pelear…)

Comadre 1
Pero bueno dejen el vainero. La gaita está al fondo, ¿qué estamos esperando, pues?

(Las comadres quieren seguir peleando pero la gaita puede más… recogen las telas descorren la cortina del fondo y se integran al gaitón. Unas conversan, otros bailan y cantan. Suena una gaita de antaño. Se oyen voces de afuera y las comadres contestan a gritos).

Comadre 2
¡Echále una miraita a los cocios!

Comadre 3
¡Baldomero! No te subáis al bahareque, ¡muchacho del carrizo! ¡Te vais a espernancar! Te vais a partir la crisma.

Comadre 1
¡Marcelina! echále más agua a la sopa, para invitar a los muchachos. ¡A jaiva! ¿Mira quién está ahí?

Comadre 2
Vela ve. No es por nada, pero esa mujer tiene aguante…

Comadre 3
Estar en lengua de todos no es cualquier cosa… ¡Tan elegante!, se viste bonito, ¿verdad?. Bueno, a mi me gusta.

Comadre 1
Mira, ella y que escribe cosas, canciones… bueno yo no se, pero así dicen.

Comadre 2
Aja, desde que era muchachita, se la pasa escribiendo y leyendo. Sus versos y que son de amor, bueno, a si pues, vos sabéis, de mujer pues.
(Va finalizando la gaita, se baja la iluminación y desaparece la escena…)

Fin segundo acto

Copyright © 2007 Titina Blanco




tercer acto

Escena 1

(Juego de sombras… La muerte… Las tres mujeres en escena, cada una con un elemento dramatizará los textos sobre la muerte.
Suenan variaciones de la canción del poema “Mis cabellos” ambientando la escena).

Canción

Ya no son del todo negros
Ni brillantes mis cabellos
Pero de flores los lleno.
En un descuido dichoso
Alguna flor queda en ellos.

Flores silvestres, pequeñas,
Que nadie mira,
Y que entre mi pelo suelto
Se vuelven lindas.

Amo este adorno simple,
Como de agua,
Como de nube,
Como de brisas que se visten de colores.
Diadema de hojas fragantes
De la mujeres sencillas.

Ya no son del todo negros
Ni brillantes mis cabellos
Pero de flores los lleno

Ya no son del todo negros
Mis cabellos.
Pero tienen flores y brillan.

Mujer 1
(Con albun de fotos, recordando, juega con un anillo. Iluminación con velones)

Sin una campanada
Ni un sollozo
Quiero la muerte.
Cuando pudra,
Dueña de cualquier hora,
La misma risotada
De miseria
Vendrá a empolvarme.

Y de allí, que me lleven en hombros,
Tapada de rosas.
Ya estaré sin nombre
Como el de la inclusa…
Nada podrá esa caja
De paredes estrechas
Y prieta como un cuervo.

Pasaré las rendijas cuando menos lo piensen
Y retoñaré vida sobre el terrón de muerte…

Mejor que me volviera
De una vez fin de polvo,
Despojo de llama disuelta en el viento…

Que somos nada
Si ser nada incluye
Ser cielo, nube
Mariposa, río…

Mujer 2
(Vestida con una túnica: construyendo imágenes corporales)

Será mi muerte
Una muerte sin lástima
Y sin esperanza…

A flor de pulso
Quiero tenerla encima,
Quiero verla llegar.

La iré tentando…
Conociéndola toda
Con los ojos
Comidos hasta adentro
Por el momento negro.

Sin dolor. Sin miseria.
Sin aceites benditos.
Sin la ayuda de nadie
Metida de frente
En mí.

Después…
Caeré pesadamente.
Y echada en la sombra,
Sobre su puño de polvo
Se reirá la Muerte
De mi pobre guiñapo,
La zeta miserable
De una mujer hermosa.

Mientras la tierra encinta
De esta siembra deforme
Le apaga la boca abierta
Con un golpe de tierra.

Mujer 3
(Maquillando una gran muñeca de trapo)

Me moriré cualquier día
Caluroso, frío,
Un lunes, un jueves.
Me enterrará
Ese mismo Olimpíades
Con su pala grande
Y sus brazos fornidos,
En el pedacito de tierra
Que me costo diez pesos
Y que riego todas las mañanas
Porque no esté tan dura
Cuando yo vaya.

…Viejo Olimpíades,
No me tires tanta arena,
No me dejes tan hondo,
Para que cuando tú pases
Oigas mis buenos días.

(Cada mujer dice una estrofa)

M1
Tener que morirme
En esta época
Con una muerte
Tan desacreditada.
Antes llegaba ella
Con su paso natural
Y nos desvanecía…
Cómo no fui de aquellos tiempos.

M2
Morir era simple:
Apagarse tranquilos,
Y reposar
Sin más ni más.
Sin haberla ahuyentado
Con el corte de un seno,
De una garganta…
O con el tropel de alambre
Del electrocardiograma
Sobre el corazón vencido.

M3
Y tocarme a mí ahora
Esta muerte sabihonda,
Muerte de clínica y laboratorio,
Metida en cámara
De oxígeno,
Entre penicilina
Y radioterapia…

(Las tres mujeres repiten juntas la última estrofa como una letanía, varias veces…)

Irme con esta muerte
Tan antipática
Y con tantos siglos encima,
Me da pena…




escena 2

(La Madre y María sacan baúles a la escena, libros viejos, fotos, papeles, flores secas, cajita de música, cuadernos etc…, recogen todo recordando y dramatizando los poemas, conversando entre ellas…)


María
(Viendo una foto le dice a la madre…)
Paseábamos siempre por esa arboleda.
Él no supo nunca que aquella sombra
La daban los guanábanos.

(sigue viendo fotos…)

Después, en esta ciudad, llena de luces, sin árboles
A la mano,
Sin paseos… me pedía a gritos
Compota de guanábana.

Madre
No existirían los recuerdos
Sin el aburrimiento…

María
(Recogiendo su escritorio: papeles, notas, tarjetas…)

Si esos grandes amores,
Que de tarde en tarde pasan
Por la tierra,
Estuvieran al alcance de todo el mundo,
Éste sería, el verdadero Paraíso
De la fábula…

(Se miran y se ríen)

María
Los veo como buitres
Caer sobre mis escritos
Y no son para nadie
Son míos.

Madre
(Guardando y doblando ropa de hombre en un baúl)

Del brazo de la vida
Voy entre los hombres.
Mi mano minúscula
Pero amplia y recia,
Que es de viento libre
Mi guante.

Cualquier vagabundo,
Hombre callejero,
Me mira toda,
Me prende fácil.
Y cómo me empaña
La mirada insolente.

Aun tengo borra
De antigüedad
Frente a los ojos
Que en mi bucean
A la mujer.

Del brazo de la vida
Voy entre los hombres,
Mientras cien miradas
Sexuales y torpes
Me rompen la canción.

(La Madre se va hacia el cuadro vivo y se acomoda en él, María la mira con mucho amor…)

María

(Con una cajita de música…)

Por algo me sabe
La vida a poesía.
No serán poetas
Mujeres vacías
Y coquetas.

Y quieren hacerme
Una mujer cualquiera,
Incapaz de un pecado
Ni una palabra sincera.
¡Con estos diamantes
Prendidos en las sienes!.

Poeta
Era antes de nacer,
Y quieren hacerme
Mujer insípida.

(Jugando en la escena con los elementos…)

Me ven libertina
Porque soy rebelde
De muchas cosas,
Y porque llevo
La carne abierta
En rosas.

Estoy hecha brizna
Para andar desnuda.

Yo he nacido
Que importa como
Si ya me han crecido
Alas en los hombros.

(Música forte, crescendo, fusión de sonidos... Se escucha de nuevo la canción “Ama”.
Cuadro vivo de Marías y la Madre.


FIN

Concepto y creación: Titina Blanco Otero
Maracaibo 1984


Copyright © 2007 Titina Blanco